martes, 16 de diciembre de 2008

PREPARANDONOS PARA RECIBIR A JESÚS NIÑO EN NUESTRO CORAZÓN



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Preparemos una buena confesión


· Primeramente haga silencio interior y pida al Padre Dios le ayude a ver claro en qué cosas se ha apartado del Evangelio de Jesucristo, ya sea en pensamientos, en sus palabras, de obra u omisión.

· Pida al Señor la gracia de la conversión para reemprender una vida de amor a Dios y a los hermanos; para dar un testimonio esforzado y humilde del Evangelio de Jesucristo; para apartarse con decisión de las situaciones que le ponen en peligro de caer; para ser más auténtica, más recta, mejor colaboradora de la obra de Dios y de la alegría de los hombres. Ofrezca al Señor un propósito sincero de cambio para vivir según sus enseñanzas.

· En la confesión, exprese al confesor, con claridad, sencillez y humildad, lo que siente y reconoce como sus pecados. Indique el tiempo transcurrido desde la última confesión y, en pocas palabras, las faltas cometidas.

· Terminada la confesión, escuche con atención el consejo del sacerdote, y acoja la absolución sacramental y la penitencia con gratitud de corazón, procurando cumplirla con prontitud.

· Fomente un sentimiento de alegría al sentirse querida por Dios; un sentimiento de apertura, acogida y comprensión de los demás y de acción de gracias al Señor por el amor sin límites que le tiene. También la Santísima Virgen le acompaña en esta reconciliación con el Señor y con los hermanos.

· La práctica del Sacramento de la Reconciliación frecuente es útil y fortalece la vida espiritual aun cuando no existan pecados graves en una persona, ya que la gracia de Cristo acompaña los continuos esfuerzos por crecer hacia la ‘santidad de la vida diaria’.



"Me levantaré...
...y volveré a la casa de mi Padre"


Prepárese para recibir el Sacramento de la Reconciliación
haciendo primero un profundo

Exámen de Conciencia

Exámen de Conciencia

Pidiendo al Señor Jesús que le ilumine, le dé valor y humildad para reconocer los pecados -que significan apartarse de Él, de los demás, y negarse a sí misma- revise su corazón y su conciencia. Que Él le llene de su amor para sentirse arrepentida por estas traiciones y movida firmemente a cambiar de actitud, apartándose del mal y uniéndose realmente a Él.

1. En mi relación con Dios

- ¿He flaqueado en la fe? ¿Busco crecer en mi fe o me he quedado con una fe infantil? ¿Trato de conocer más a Jesucristo y su Evangelio? ¿Busco una mayor comprensión de mi fe mediante la reflexión, el estudio y la conversación con personas cristianas?

-
¿He perdido la confianza en Dios dejándome llevar por la desesperanza? ¿Pongo mi confianza en la Divina Providencia o la pongo en otro tipo de ‘seguridades’ falsas (horóscopos u otros)? ¿He caído en la desesperanza al pensar que mis faltas son ‘imperdonables’?

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¿Amo a Dios o vivo como un cristiano sólo de palabra? ¿Me he rebelado contra Él? ¿Busco el contacto íntimo y personal con Él en la oración constante? ¿Me he preguntado sinceramente qué es lo que Dios quiere de mí para que alcance la felicidad? ¿Busco conocer la voluntad de Dios para ser fiel a ella? ¿Participo en los sacramentos que Cristo nos dejó: Confesión y Eucaristía?

-
¿Visito regularmente a María en su Santuario? ¿Le ofrezco mis sacrificios y propósitos como aportes al Capital de Gracias? ¿Cómo estoy viviendo y llevando mi horario espiritual? ¿Y los propósitos de grupo? ¿Me esfuerzo por vivir mis ideales?


2. En mi relación con las otras personas

- ¿He calumniado afirmando de mi prójimo algo falso en perjuicio suyo? ¿He comentado o publicado faltas ocultas o defectos ajenos? ¿Juzgo con ligereza las actuaciones de las otras personas?


-
En el matrimonio, ¿vivo con generosidad y alegría el amor y la fidelidad conyugal? ¿Guardo la actitud de respeto y dignidad que corresponde a la vida matrimonial? ¿Me esfuerzo por respetar las enseñanzas de la Iglesia en relación con la paternidad - maternidad responsable? ¿Respeto la originalidad de cada uno de mis hijos? ¿Les ayudo en sus debilidades y fomento sus capacidades?

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¿He hecho daño ofendiendo a otros físicamente o de palabras? ¿Tengo respeto por las ideas de los otros? ¿Respeto a todas las personas o tengo alguna enemistad u odiosidad más o menos consciente? ¿He sentido envidia, odio o he deseado mal a alguien? ¿Soy capaz de perdonar? ¿Me aprovecho de los otros o busco ser su apoyo?

- Me siento solidario con la Iglesia? ¿Soy fiel a sus consejos o los desprecio? ¿Hablo mal de la jerarquía o de los cristianos en general? ¿Rezo por ellos? ¿Trato de ayudar a solucionar los problemas que veo en la Iglesia?

-
¿Me preocupo activamente por el dolor ajeno o soy indiferente al hambre, al frío, a la soledad, incomprensión o ignorancia que sufren otros? ¿Trato de practicar en la vida diaria la donación de Cristo por todos los hombres?


3. En relación con nosotros mismos

- ¿Me amo y me acepto como me ama y me acepta Jesús, que llegó a dar su vida por mí? ¿Acepto con corazón agradecido las circunstancias reales en que me ha tocado vivir? ¿Mis padres, mis hermanos, toda mi familia; mis compañeros; mis cualidades y mis fallas? ¿Lo acepto como una tarea a realizar conmigo mismo y no como una aceptación resignada y pasiva? ¿Trato de cuidar mi salud y de desarrollarme lo mejor posible? ¿Enfrento los problemas con decisión? ¿Busco alguna evasión: alcohol u otro tipo de drogas?

- ¿Me esfuerzo por ser humilde, servicial, generosa, sin esperar retribuciones? ¿Antepongo mis conveniencias, mis gustos, mis intereses personales antes de procurar la alegría de los demás? ¿Trato de ser como Jesús, manso y humilde de corazón, o más bien soy orgullosa, vanidosa, soberbia, prepotente, de carácter incontrolable?

- ¿Me he dejado llevar por pensamientos, intenciones o acciones desordenadas e impuras? ¿He provocado las pasiones ajenas con mi manera de actuar, de hablar o de vestirme? ¿Veo revistas, videos o películas que desfiguran la verdadera imagen de hombre y mujer que Dios quiere?

-
¿Soy ambiciosa o egoísta? ¿He mentido por vanidad, por aparentar, por cobardía o temor, para encubrir mis errores o rehuir mis responsabilidades? ¿Busco siempre la verdad? ¿Digo la verdad con caridad y respeto?


4. En relación con los deberes y las cosas materiales

- ¿Soy responsable en mis obligaciones? ¿Soy cumplidora y eficiente en mis obligaciones diarias? ¿Soy justa en mis compromisos o negocios? ¿Me esfuerzo por vivir la generosidad? ¿Soy agradecida por lo que tengo? ¿Cuido y mantengo mis cosas en orden? ¿Respeto y cuido las cosas de bien común? ¿Aprovecho bien lo que tengo o busco siempre tener más?




Recomendaciones generales

Medite con sinceridad de corazón esta pauta. No se trata de responder pregunta por pregunta, sino de examinar las actitudes fundamentales y confesar en forma breve los hechos concretos que de ellas se desprenden. Tenga en cuenta que se trata de un encuentro personal e íntimo con el Señor, quien quiere manifestarle su amor misericordioso.

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