sábado, 20 de diciembre de 2008

SANTA MISA EN RECUERDO DE NUESTRO QUERIDO PADRE HORACIO




El día 20 de Diciembre, a un año del sorpresivo fallecimiento del P. Horacio Sosa Carbó, un nutrido grupo de la Rama de Madres, concurrió a Florencio Varela para participar de una Santa Misa en memoria de nuestro querido padre. La Misa solemne con celebrada fue presidida por el P. Javier Arteaga.
Luego de la ceremonia, todos los concurrentes nos dirigimos a la cripta dónde participamos de un audiovisual en homenaje al P. Horacio. Después distintos miembros de la familia de Schoenstatt recordaron al padre, en base a su contacto personal, recordando anécdotas y momentos compartidos.
El P. Alberto Eronti, compañero de curso del P. Horacio relató experiencias desde su caminar juntos desde el seminario, lo recordó como compañero de curso, como amigo y como hermano. Su relato nos llevó a volver a estar con el P. Sosa, aunque más no fuera en el recuerdo. Relató su inicio en la Acción Católica que le dió una visión más cristocentrica de la fe, luego al conocer al Padre Kentenich, y con él a Schoenstatt, comprendió que la Mater es el testamento que Jesús nos legó. Su espíritu profético hacía que se encendiera, y diera su vida por su misión. Se puso en la piel del Padre Kentenich, y como él lleva en vida los binomios de
AMOR ------- MISERICORDIA
PATERNIDAD ------- FILIALIDAD
VERDAD -------- LIBERTAD
ESPIRITU SANTO ---------- PROFETISMO
El p. Horacio, fue quien fue porque se enamoró ardientemente de la Mater, y a ella la conoció por el P. Kentenich.
Su vida se sintetiza en su "ideal personal"

"Amarte ardientemente
hasta la muerte,
para iluminar las inteligencias
con la luz de la verdad,
y encender los corazones
en el fuego de tu amor"

Luego nos deleitó con sencillos recuerdos de su niñez su hermana Rosa María.

Graciela Greco y Marita, miembros de la Rama de Madres, relataron la relación personal que las unía al Padre Horacio, Graciela contó que tenía la sensibilidad para hacer sentir a cada una de sus hijas como aquella pequeña hija predilecta.

También contaron sus experiencias personales un matrimonio del Instituto de Matrimonios y María Gorostiaga del "Circulo de investigaciones kentenianas"



Señor, no me desprecies...

Señor, no me desprecies y conmigo
lucha; que sienta, al quebrantar tu mano
la mía, que me tratas como a hermano,
Padre, pues beligerancia consigo

de tu parte; esa lucha es la testigo
del origen divino de lo humano.
Luchando así comprendo que el arcano
de tu poder es de mi fe el abrigo.

Dime, Señor, tu nombre, pues la brega
toda esta noche de la vida dura
y del albor la hora luego llega;

me has desarmado ya de mi armadura,
y el alma, así vencida, no sosiega
hasta que salga de esta senda oscura.


Miguel de Unamuno

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