| El si de María, un gran día para la humanidad | |
| El Misterio de amor y de misericordia, prometido al hombre miles de años atrás y anunciado por tantos profetas, se iba a hacer realidad. | |
La noche se alejó y la suave luz del amanecer empezó a iluminar un nuevo día. Un nuevo día que parecía como uno más pero que sería el DÍA de todos los días. El gran día para la Humanidad. Fresca la mañana, limpia la brisa en ese día de días. Día de primavera, 25 de marzo. No hubo trompetas, no hubo cañonazos, no hubo concentración de millares de personas como en los grandes eventos. Fue discretamente, sencilla y naturalmente como suelen ser todas las cosas grandes de Dios. Una virgen en oración. Un lugar: Nazaret, ciudad de Palestina y el arcángel Gabriel como embajador de Dios. Un saludo: - ¡Dios te salve María, llena eres de gracia! Y con este saludo, una petición de colaboración. El Misterio de amor y de misericordia, prometido al género humano miles de años atrás y anunciado por tantos profetas, se iba a hacer realidad. Creo yo que todo quedó en suspenso. La naturaleza, el aire, el universo en pleno tuvieron que contener su aliento vital en la espera de oír la respuesta de María. Los labios de la virgen se movieron, primero para aclarar una duda, pero una vez que esta fue disipada, volvió a hablar para dar su consentimiento a esa misión celestial. María, la llena de gracia, aceptaba humildemente el Gran Designio para el que se le pedía su cooperación, sin envanecimiento porque sabía que la realeza y la gloria de su gracia pertenecían a Dios, venía de Dios. Y María dijo: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según Tu Palabra". Necesariamente tuvo que haber habido un estremecimiento en todo el orbe. Los cielos y la tierra, la creación entera tuvo que conmoverse en ese grandioso momento. Y en ese instante, de allá del Seno del Padre, el Espíritu Santo descendió y cubrió a la siempre virgen, a la llena de gracia, con su sombra y el Verbo de Dios quedó para siempre unido a la raza humana. El Hijo de Dios, el Hijo de María daba comienzo a su vida de hombre, sin dejar de ser Dios, en el seno de esta mujer escogida por el Altísimo para cooperar, para cocrear con Dios con su libre consentimiento y ser desde el instante de este ¡Fiat!, corredentora de la Humanidad. Después ... después pasaron muchas cosas. Todas las que estaban escritas, pero los cristianos no podemos, no debemos olvidar ese día, ese momento y mucho menos a la siempre virgen, a la llena de gracia, a María la Madre de Dios y Madre nuestra. Por eso el Papa Juan Pablo II tenía una muy especial devoción al "Ángelus", esa oración que se dice al comenzar el día, al tiempo del mediodía y cuando el día está en el ocaso: "El ángel del Señor anunció a María"- "Y concibió por gracia del Espíritu Santo"- Y se reza un Ave María. "He aquí la esclava del Señor"- "Hágase en mí según Tu Palabra"- Otra Ave María. "Y el Verbo se hizo carne" - "Y habitó entre nosotros" y se termina con un Ave María. Sencilla oración. Diario recuerdo amoroso a nuestra Madre la Virgen María. Cuando esta bella oración del Ángelus se extienda por todo el mundo, cuando esto suceda... nuestro mundo será mejor. La Anunciación del Ángel a la Virgen Máría. Fiesta de Jesús que se encarnó y fiesta de la Virgen, que fue la que dijo "Hágase en mí según tu palabra" |
Día del Niño por Nacer: 25 de marzo
Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik.recuerda que la vida es el primer derecho humano a respetar "Entre las principales tareas que tenemos como cristianos y como ciudadanos están la vida y la familia. Ambas, la vida y la familia están íntimamente relacionadas. La vida, como don de Dios y el primero de los derechos humanos que debemos respetar, desde su fecundación hasta su término natural", destacó el Arzobispo de Corrientes, Mons. Andrés Stanovnik. El Prelado también explicó que "la familia, fundada en el matrimonio entre varón y mujer, como la célula básica de la sociedad y la primera responsable de la educación de los hijos", Al referirse al Día del Niño por Nacer, que se celebra hoy, el Prelado recordó que "en Aparecida (la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y el Caribe), lo primero que hicimos, al tratar el tema de la vida y la familia, fue alabar a Dios por el don maravilloso de la vida y por quienes la honran y la dignifican al ponerla al servicio de los demás; por el espíritu alegre de nuestros pueblos que aman la música, la danza, la poesía, el arte, el deporte y cultivan una firme esperanza en medio de problemas y luchas". "Alabamos a Dios –dijo– porque siendo nosotros pecadores, nos mostró su amor reconciliándonos consigo por la muerte de su Hijo en la cruz. Lo alabamos porque ahora continúa derramando su amor en nosotros por el Espíritu Santo y alimentándonos con la Eucaristía, pan de vida. Proclamamos con alegría el valor de la familia en América Latina y El Caribe". Tras asegurar que "la familia debe ser una escuela de fe para todos sus integrantes, porque ella ofrece a los hijos un sentido cristiano de existencia y los acompaña en la elaboración de su proyecto de vida como discípulos misioneros", el Prelado indicó que "por eso, sentimos un profundo agradecimiento a Cristo que nos revela que Dios es amor y, optando por vivir en familia en medio de nosotros, la eleva a la dignidad de Iglesia Doméstica". Por ellos, comentó luego, "en Aparecida, pedimos que los legisladores, gobernantes y profesionales de la salud, conscientes de la dignidad de la vida humana y del arraigo de la familia en nuestros pueblos, la defiendan y protejan de los crímenes abominables del aborto y de la eutanasia; y recordamos que ésta es su responsabilidad". Mons. Stanovnik sostuvo que "el niño que está creciendo en el seno materno y las personas que se encuentran en el ocaso de sus vidas, son un reclamo de vida digna que grita al cielo y que no puede dejar de estremecernos". Finalmente insistió en que "si queremos sostener un fundamento sólido e inviolable para los derechos humanos, es indispensable reconocer que la vida humana debe ser defendida siempre, desde el momento mismo de la fecundación. De otra manera, las circunstancias y conveniencias de los poderosos siempre encontrarán excusas para maltratar a las personas". | |
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