- Líbranos, Señor de la tentación de querer llegar a la "meta final" sin hacer el camino; de querer victoria sin la lucha, la felicidad sin la fidelidad diaria, el éxito sin el esfuerzo.
- Líbranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino con el aplauso y la admiración de los demás; de hacerlo sólo cuando los demás nos ven, nos aplauden, reconocerán quiénes somos y qué hacemos, nos felicitan o nos agradecen.
- Líbranos, Señor de la tentación de hacer el camino amoldado a los demás, de quererlo recorrer "como" la mayoría, de no saber ir contra corriente, obedeciendo, sin sentido crítico, las voces exteriores de moda y propagandas...
- Líbranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino sin contar con los demás, sin mirarles, sin echarles una mano cuando vemos que lo necesitan.
- Líbranos, Señor de la tentación de tomar atajos, de dar un rodeo cuando en el camino nos encontramos con el hermano herido, desnudo, abandonado.
- Líbranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino cargado de cosas y más cosas, incapaces de andar "ligeros de equipaje", o viviendo de las apariencias.
- Líbranos, Señor de la tentación de querer hacer el camino a costa de los demás, dominándoles.
- Líbranos, Señor de la tentación de la superficialidad, como quien todo lo ve negro, sin esperanza, sin horizontes, sin futuro; la del que se hunde tras la derrota.
- Líbranos, Señor de la tentación de abandonar cuando surgen las dificultades, de dar marcha atrás cuando las cosas no salen según nuestros cálculos, de retroceder al punto de partida por miedo o por añoranza de tiempos pasados...
sábado, 7 de marzo de 2009
Líbranos, Señor de las tentaciones...
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1 comentario:
qué hermosa oración
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