domingo, 12 de abril de 2009

12 de abril de 1894

Consagración del niño Kentenich a la Sma. Virgen




12 de abril de 1894

A consecuencia de difíciles circunstancias la Sra. Catalina Kentenich, madre del joven José se ve obligada a dejarlo en el orfanato de St. Vinzens de Oberhausen. (Alemania)

Ante la angustia se su corazón y con preocupación por dejarlo allí, al separase de su hijo, muy emocionada decide encomendárselo a la Santísima Virgen.

En la capilla del internado, ante la estatua de la Virgen del Rosario, se arrodilla y entrega al cuidado de Ella al hijo, que en adelante ya no podría tener consigo. Como señal de la seriedad de la petición, toma el único valioso recuerdo de su infancia, una medalla de oro con una cruz, recuerdo de su Primera Comunión, y se lo pone en el cuello de la Virgen suplicando con insistencia:

¡Educa tú a mi hijo! ¡Sé para él plenamente Madre!

¡Cumple tú en mi lugar los deberes de madre!”

No es difícil imaginarse cómo afectarían al niño los sentimientos y el comportamiento de su madre. No solo quedó hondamente impresionado de la piadosa acción de su madre, sino que, por su parte, hizo un acto de consagración a María, cuya hondura y significado se mostrarían más tarde, al correr los años.

El Padre Kentenich, en 1955, echando una mirada retrospectiva a su pasado colmado de vida y actividad dirá:

La Santísima Virgen personalmente me formó y modeló desde los nueve años. Normalmente prefiero no hablar de esto… Si miro hacia atrás puedo decir: no conozco a ninguna persona que haya tenido una influencia tan profunda en mi desarrollo.”

La Santísima Virgen aceptó, sin duda, la consagración del niño y de su madre y tomó en sus manos, por así decir, el futuro de él, para que transcurriera siempre exclusivamente bajo su protección y quedara así bajo el influjo fecundo de la gracia divina.

Textos extraídos del libro: “José Kentenich, una vida para la Iglesia”

Autor: Padre Engelbert Monnerjahn

Imágenes: Estatua de la Sma. Virgen que estaba en el Orfanato

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