| Fines de Schoenstatt 1ª. El hombre nuevo y la comunidad nueva. En otras palabras, Schoenstatt quiere formar personalidades libres, armoniosas y apostólicas, que a partir de una profunda vivencia de fe y de un consecuente desarrollo natural, aspiren seriamente a la santidad, entendida como plenitud humana y sobrenatural en la realización del mandamiento evangélico del amor. 2ª. Rescate y cumplimiento de la misión histórico - salvífica del cristianismo en Occidente. |
| | Hoy la separación entre Dios y el mundo es un problema que afecta a las estructuras más básicas de la sociedad. El hombre nuevo, educado en el taller de María, sabe unir las diversas dimensiones de su vida y entretejer una red de vínculos sanos y profundos con Dios, con los hombres y con el mundo. Por ello, aspira a encarnar una nueva síntesis entre fe y vida, entre naturaleza y gracia y asume la responsabilidad de gestar una nueva cultura cristiana. 3º La Confederación Apostólica Universal (C.A.U.) Siendo un gran objetivo, todavía lejano en su realización, el Fundador, confiando en la Alianza de Amor con María en el Santuario, quiso que se viviera primero en el seno mismo de su Familia espiritual. Para ello, a medida que crecía el Movimiento y se organizaban las diferentes comunidades y grupos, se preocupó permanentemente por dotarlos con un marcado carácter federalista, asegurando la unidad sobretodo en base a un fuerte cultivo del espíritu que debe animar el Movimiento y de la aspiración a un ideal común, y no tanto a partir de organización y estructuras. Así quería abrir la posibilidad de crear un caso preclaro de la CAU, dentro de la Obra. Schoenstatt, hoy, aspira a la realización lenta pero constante de este ideal, colaborando y fomentando concretamente la unidad y la sintonía con otros Movimientos actuales de la Iglesia. |
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